Precios muy distintos por un certificado energético

Precios dispares del Certificado Energético

 

A punto de cumplirse un mes desde la entrada en vigor de la ley sobre certificación energética para viviendas existentes, el mercado registra una fuerte disparidad de precios.

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A punto de cumplirse un mes desde la entrada en vigor del RD 235/2013 sobre certificación energética para viviendas existentes, el mercado registra una fuerte disparidad de precios.

La ley, impuesta por la Unión Europea, busca fomentar el ahorro energético de los hogares. Sin embargo,  muchos propietarios ven esta nueva obligación como una tasa más con afán recaudatorio y sólo miran el precio.

Para un piso de unos 100 m2, por ejemplo, se están viendo ofertas que no llegan a los 100 euros y otras que superan los 250.  Teniendo en cuenta que el programa informático que se utiliza para elaborar la certificación energética es el mismo y que los técnicos deben realizar siempre una visita al inmueble, ¿a qué se deben estas diferencias de precios?

Según Óscar González, de www.CertificadoEnergetico.es, en un mercado libre, los técnicos pueden proponer el precio que consideren oportuno y cada uno presupuesta en función de sus circunstancias. Sin embargo, advierte a los propietarios que desconfíen de las ofertas demasiado bajas.

El importe que propone el técnico está directamente relacionado con el tiempo que emplea en realizar el trabajo y con la rigurosidad en la toma de datos.

Si el importe es demasiado bajo, todo hace suponer que el técnico empleará poco tiempo en la visita a la vivienda. ¿Qué implica esto?

El programa informático solicita una serie de variables y, si se dejan sin rellenar, escoge la opción “por defecto”, que suele ser la peor posible, lo que repercute directamente en la calificación final del inmueble.

Un técnico riguroso empleará algo más de esfuerzo en la toma de datos y sus honorarios irán en concordancia con el tiempo empleado, pero aportará muchos más datos al programa informático, permitiendo alcanzar una o dos categorías por encima de lo que obtendría esa misma vivienda si el técnico no es riguroso.

La calificación energética puede variar entre la A y la G, siendo ésta última la peor.

Desde luego, el comprador o inquilino preferirá siempre una vivienda más eficiente, como ya ocurre con los electrodomésticos, y los propietarios todavía no son conscientes de que, por tratar de ahorrase unos euros, están calificando peor su inmueble y les costará más venderlo o alquilarlo en el futuro.

La cultura del certificado energético se impondrá en breve y los compradores e inquilinos mirarán mucho la calificación energética de cada inmueble.

 

Teniendo en cuenta que el certificado tiene una validez de 10 años, no tiene sentido que los propietarios traten de ahorrarse unos pocos euros en un documento oficial que le ayudará a obtener un mayor valor de su inmueble. Si ahora sólo se fijan en el precio es porque realmente no son conscientes de las ventajas que puede suponer obtener una calificación energética superior.

¿Cómo saber si el técnico será riguroso? Hablando con él, preguntándole directamente y eligiendo a aquellos que transmitan una mayor profesionalidad, aunque cobren un poco más.

 

Notícia de certificación energética publicada por
www.tusmedios.es

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