Los extranjeros tendrán permiso de residencia si compran viviendas de más de 500.000 euros
El Gobierno concederá el permiso de residencia a los extranjeros que compren viviendas por un importe superior a 500.000 euros, frente a los 160.000
anunciados, y a los que compren deuda pública por encima de 2 millones de euros.
Así figura en el anteproyecto de la ley de emprendedores que recoge que también recibirán el permiso de residencia los foráneos que hagan una inversión significativa o
destinada a proyectos empresariales de interés general, como es el caso de la creación de puestos de trabajo o de una aportación a la innovación científica y tecnológica.
Irlanda, Portugal, EEUU
En Irlanda, con un maltrecho mercado inmobiliario y con numerosos similitudes respecto a España -contracción económica, fuerte paro, freno inmobiliario, banco malo...-, los posibles inversores tienen varias opciones para conseguir el permiso de residencia permanente. Además de la compra de una vivienda, también la pueden obtener, por ejemplo, invirtiendo 500.000 euros en un proyecto público que impulse la cultura, los deportes, la sanidad o la educación. O invirtiendo al menos 2 millones de euros en un bono 'para inmigrantes' a un bajo tipo de interés. La inversión debe mantenerse durante, al menos, cinco años.
El caso portugués, para conseguir el “pasaporte de oro”, la adquisición mínima tiene que ser de 500.000 euros. Deben presentar un documento actualizado que demuestre que son los únicos propietarios de ese inmueble y la ausencia de cargas contra él.
La nueva ley también contempla otras dos opciones para que extranjeros no europeos puedan conseguir la residencia en Portugal, como por ejemplo, la puesta en marcha de un negocio que permita crear al menos 30 puestos de trabajo o que genere un impacto económico sobre el país de 1 millón de euros.
En Estados Unidos la propuesta también habla de una inversión mínima 500.000 dólares en viviendas unifamiliares, adosados o apartamentos, independientemente de si la compra es de una sola o varias unidades. Pero al menos una de ellas debe costar 250.000 dólares.
De salir adelante, esta medida complementaría a otra ya existente por la que se conceden permisos de residencia a los extranjeros que inviertan en nuevos negocios que generen puestos de trabajo y podría contribuir a reducir el ingente inventario de viviendas a la venta en un momento en el que la demanda de los propios estadounidenses se ha retraído por la inestabilidad del mercado laboral y los problemas para vender previamente sus viviendas sin asumir grandes pérdidas.
Notícia del mercado inmobiliario publicado por el diario El Confidencial
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